La Gratitud, Pórtico del Amor
Claves Espirituales

 

            Demos la gracias por las cosas buenas que recibimos en la Tierra.

 

            Demos las gracias por el nuevo amanecer, por las cosas que pedís y que al final os son dadas.

 

            ¡Dad gracias por tantas cosas!...Por el agua que bebemos,...,  sed más agradecidos.

 

            Dad las gracias por ese tesoro que tenéis muy guardado, vuestro es, os pertenece.

 

        ¡Aprended a amar a través de la Creación! Sentíos vinculados al mundo de la Naturaleza y a sus voces, y buscad en todas las cosas al Dios que debemos encontrar y reconocer. 

 

         Aprendiendo a amar a través de su Creación gozaréis de una gran alegría a pesar de las dificultades que vayáis encontrando. El contacto con la Naturaleza es la íntima relación del conocimiento.

 

           El lenguaje de las fuerzas de la Naturaleza hablará a los seres humanos. La Naturaleza está unida al alma de la Madre Tierra y el hombre es capaz de advertir por todas partes la manifestación de lo Divino. Su Voz habla a través de las hojas, a través del fuego de una puesta de Sol, a través de una tormenta, del estruendo de una cascada, de la hierba que se somete a las gotas de la lluvia.

 

           No hay ni un solo aspecto de la Creación que esté privado de esa "Chispa Divina". Todo está dotado de vida, y por lo tanto deben ser respetados el Sublime, el Ser primero que infundió su soplo en su incesante Creación, y los seres de Luz que presiden la Creación al cuidado de aquello que el Amor Divino ha puesto sobre la Tierra. Esto es lo que ha de observar el hombre en la Naturaleza, sintiéndose, no como algo alejado de ella, sino formando parte de esa manifestación.

 

          El contacto con la Naturaleza es una hermosa relación con esa Fuerza que nos une.  Para tener contacto con ella hay que descubrir las cosas que están a nuestro alrededor, reencontrarlas a través del contacto con ellas, logrando ese profundo sentido de comunión que se multiplica ampliando nuestras posibilidades, elevando nuestra conciencia y profundizando nuestro conocimiento interior.

 

          Podemos actuar de forma que nuestros ojos se conviertan en el filtro a través del cual el corazón es el que mira y ve, y podamos encontrar la chispa del primer fuego, el pasaje que nos conduce hacia nosotros mismos, a nuestro mundo, el cual nos pertenece. La puerta de la perfección que pasa a través de nuestros sentidos y se une al alma para incorporar la lógica de la razón a la verdad del corazón, para encontrar esa sencillez que nos acompaña desde la niñez.

 

           No se trata de volver a la infancia, sino más bien de utilizar la fantasía como vehículo para ese viaje que se ha puesto en marcha y para encontrar la vibración de la espontaneidad, de la pureza, de la sinceridad que viene del corazón y que permite reconciliarse con la música de la Naturaleza, una Naturaleza que nos rodea de una corriente de energía con la que nos compenetramos y de la cual, también formamos parte.

 

        La armonía a la que podemos unirnos permitirá que desarrollemos un merecido amor hacia nosotros mismos y, también, nos permitirá entrar en contacto con los demás, sean de la especie que sean. Será un contacto genérico porque nos habremos vuelto conscientes de que al igual que nosotros, no hay nada que esté excluido del flujo de la Creación Divina.

 

          El planeta sobre el que vivimos, o mejor dicho, con el que vivimos en el Universo, nuestra "Tierra Madre", está intentando desesperadamente poder hablarnos e inducirnos a trascender el pensamiento ordinario con que construimos nuestra existencia, y también el modo en que percibimos la vida de todas las cosas. Desarrollando una mayor atención hacia el mundo que nos rodea, lograremos despertar nuestros sentidos para poder reconocer lo Divino que vive en nosotros y en todo cuanto nos rodea.

 

          La "magia" es la vida misma que lo convierte y lo vuelve todo perfecto, es saber reconocer la composición de la Obra Divina, la relación con lo Divino, el encuentro profundo de Su Creación con la Tierra, con el Cielo, con la Naturaleza y con los seres Angelicales que esperan de nosotros que ampliemos nuestra videncia para entrar en contacto con nosotros.

 

            Es posible escuchar la risa, los cantos de los Ángeles de la Naturaleza, los cantos de los pájaros…

 

      Como don, tenemos una copa de luz de la que podemos beber esperanza, alegría, sencillez, deseo de conocimiento, verdad, valor y, sobre todo, Amor y Armonía.

 

           ¡Que el Amor pueda llegar a todas las almas atravesando senderos de alegría, de entusiasmo, de armonía y de belleza, como aquéllos que se abren ante nuestros ojos cuando logramos sentir la respiración de la Tierra que reclama nuestro Amor!