Buscad Vuestra Purificación Interior



Bienvenidos seáis hombres de la Tierra

a un nuevo Amanecer.

Bienvenidos seáis a este vuestro crecer.


La armonía es presente y se extiende por doquier

a todos los rincones de la Tierra

porque así el Padre lo puede querer.


Vais caminando y pensando

qué es lo que podrá acontecer,

cuáles son los momentos

que llegarán para vuestro renacer.


Y no os dais cuenta de que día a día

todo puede cambiar,

todo va llegando a un ocaso de un mundo viejo

para uno nuevo comenzar.


Centraos en buscar vuestra purificación interior.

Centraos en hallar la respuesta a la pregunta mayor

que es saber cuál es el momento de vuestra eclosión.

En el que vuestro espíritu se unirá

a vuestro fuego interno de vuestro propio YO.


Esa es la clave

de los nuevos pasos que habéis de dar,

en el que el mundo

a vuestro lado caminará.


Siguiendo la estela

que vuestras almas dejarán

con esa luz inefable que desde el cielo procede

para vuestro emancipar.


Son los momentos de buscar en el interior.

Son los momentos de vivir para el amor.

Son los momentos de centrar vuestra mente

en esa bella misión,

uniéndose en todo instante a ese Astro Celeste

que es nuestro dulce Pastor.


Él guía todos los movimientos

que hay en la Tierra y en su alrededor,

pues es el Gran Astro gigante

que lleva en su fuero la grandeza de Dios.


Seguid, seguid en estos momentos

vuestra propia intuición,

y dejad que os guíe hasta ese bello evento

de vuestra eclosión.


Sentid el abrazo de todos aquellos

que a vuestro alrededor estamos

para entregaros nuestro amor.

Para que nos unamos en un solo abrazo

de alegría y pundonor.


Sosteneos en vuestros puestos

de alzar el brazo diciendo: “Aquí estoy,

que ha llegado mi turno de emprender un camino

para servir al Señor”.


Así lo venís haciendo desde muy atrás,

pero ahora hay que dar un paso adelante

de más notoriedad.

Con la humildad siempre presente

en vuestro corazón.


El cuál siempre esté ausente

de toda vanidad, toda vanagloria

para ser sólo un humilde siervo

de nuestro Gran Pastor.