El Alma vuela Libre
Los Ángeles
El alma vuela
y se deshace de sus ropas más austeras;
entra gozosa sin ataduras
donde el Sol es eterno en muchas primaveras.
Canta su llegada de la Tierra,
ese paraje tan lejano,
porque dejó atrás las tristezas
que como abismos la atraparon.
Ante Dios, el alma espera.
Sigue un camino más directo,
sin cansancio, sin esperas,
porque el nuevo mundo está a su lado
y ha de trabajar como en la Tierra.
Esta vez con más alegría,
llena de vida, más ligera,
porque su nuevo estado le permite
la dedicación a su evolución sincera.
Ya más tranquila,
el alma ya no gime ni padece,
el sueño de lo eterno la ha mecido.
Ha sabido comprender la nueva vida,
ha aceptado la luz de las estrellas
y, como un pajarillo alegre,
anda ahora descalza de opresiones,
libre de ataduras terrenales
que pusieron su vida siempre en vilo.