Una Hermosa Oportunidad



Senderos de luz que se abren al mundo

para poderle encauzar.

Senderos de luz para que reciban

las enseñanzas del Gran Avatar.


Senderos de luz

para mostrar a la humanidad la realidad

de que son los momentos claves

en que este mundo ha de progresar.


Y hay que subirse a ese carro,

a ese tren que en la estación está ya

esperando a que suene el silbato

para empezar a caminar.


Parada hermosa y bella

que el Capitán de la estación reteniendo está,

para que suban cuanto más posibles a ella

y se incorporen a ese tren del amor universal.


¡Subid al tren hermanos míos!

¡Subid por caridad!

Que el momento está listo

para emprender una nueva humanidad.


Y hay que estar preparados para ello,

con la suficiente pureza y voluntad,

para dejar atrás las equivocaciones y los errores,

los egoísmos y la maldad.


Porque a ese tren nuevo

ninguna impureza se debe llevar,

sino sólo la entereza de saber

que eres hijo del Padre celestial

y que quieres construir un mundo

de armonía y de paz.


¡Luego venid, venid decididos

a ese tren en vuestro incorporar,

y dejad a un lado la ira,

la tristeza, la desesperanza

y dejad que la alegría os pueda llenar!


Porque es una oportunidad hermosa

la que se presenta a todo Ser por su voluntad,

oportunidad de abrir tu corazón

y dejar el pasado atrás…


Y ser un hombre nuevo

con una nueva y bella intención

que es ser digno de ser llamado hijo del Padre

por haber encontrado la Esencia de su Amor.


Todo se irá andando en el camino

con amor y voluntad,

pero no hay que tener ya desatinos

sino ese decidido empeño de cambiar.


¡Cambiad hermanos, todos aquéllos

que os dejasteis arrastrar por el lodazal!

¡Cambiad y abrid vuestros corazones

a ese nuevo mundo que presentándoseos está!


¡No dejéis para luego

lo que ahora podéis realizar,

porque ya no habrá más luego

para subir al tren que a punto está de partir ya!


¡Es el momento de aprovechar la llamada!

¡Es el momento de incorporarse a esa luz celestial

y dejar la maldad arrinconada

en la que parada pueda quedar!


¡No os dejéis arrastrar por ella

a otros mundos de más atraso quizá,

porque en ellos os veréis angustiados

y entonces os daréis cuenta

de que perdisteis una gran oportunidad!


¡Luego no la perdáis hermanos

sino aprovecharla por caridad!

Mirad que vuestras almas están contentas,

agradecidas del Padre

por esta oportunidad que se puede dar.


Aprovechad que vuestros espíritus

dominen a sus instintos,

que vuestros espíritus no puedan vacilar,

sino que os dirijan con todo sentido

a esa estación divina

que abiertas las puertas están de par en par.


¡Veníos todos hermanos, veníos!

¡Veníos en vuestro caminar

y sentid ese abrazo divino

cómo os embalsama de par en par!