La Vida es Eterna



Saludos hombres de la tierra,

de nuevo a vosotros me puedo acercar

para traeros un mensaje de armonía y de paz.


Para mostraros la senda divina

que os lleva hacia la nueva libertad,

donde no hay barreras oprimidas

que puedan vuestra alma angustiar.


Una nueva vida

en un horizonte de claridad,

donde el Sol se muestra por completo

y no hay ningún nubarrón que lo pueda ocultar.


Así se llega a esa vida hermosa y bella

donde todo es claridad,

donde ya no hay sufrimientos ni desidias

porque todo es la más bella generosidad.


Para recibir la armonía

que desde el cielo se puede volcar,

y completar esa nueva vida

en un nuevo mundo de más claridad.


¡Bienvenidos hombres de la tierra

a ese nuevo horizonte de paz!

¡Recabar en vuestros corazones

para que comprendáis cuál es la Verdad!


¡Que comprendáis que la vida es Eterna,

que no termina jamás!

¡que comprendáis que el alma procede

de la Eternidad del Padre Celestial!


Y allí no hay temores, no hay miedos,

sólo hay una plena libertad

de elegir tu camino, tu destino,

y cómo quieres el laborar.


Experimentaciones en los mundos de la materia

que el hombre elige en su caminar,

para tomar esas experiencias

que enriquecen su alma inmortal.


Transgredir las violencias de esa materialidad

es lo que ha de conseguir el hombre

en su licencia de saber vencer

los obstáculos que se puede hallar.


La vida es hermosa y bella,

son los propios hombres

los que la pueden complicar

cuando se dejan llevar por el odio,

el egoísmo, la violencia y la maldad.


Y crean sus propias turbulencias

que le pueden dominar,

y le hacen esclavos de sí mismos,

de las deficiencias de su propio andar.


Y así se crean esas reminiscencias

en las que entorpecido puede quedar

por todas esas dependencias,

deudas que contrae en su caminar.


Ley del Karma se le llama,

ley de reciprocidad,

que todo aquello que vas sembrando

ello mismo recogerás.


Libertades que son prisioneras

hasta que tu espíritu no se pude purificar,

hasta que tu espíritu lo vas limpiando

de aquéllas deudas que contrajiste en tu caminar.


Así se va avanzando poco a poco

en ese progreso espiritual,

para ir liberándote de tu pasado

y encontrar ese futuro genial…


que no es otro que el reconocerte a ti mismo,

descubrir que eres príncipe de un Reino Inmortal,

en el cuál todo lo tuviste

y al cuál habrás de retornar.


Cumplir con ese destino

de plena libertad

con que el Padre sembró nuestro camino

para que pudiéramos siempre gozar.


Adelante pues en este camino

que al mundo nuevo se le puede presentar

de redescubrir que todos sois hijos

de la Inmortalidad.