Yo Soy Todo en Todo

El camino del peregrino

 


 

            Palabras que irradian la totalidad del Cielo: YO SOY TODO EN TODO.

 

 

Dios nunca está en el exterior. Dios es Fuerza Fluente, es la Vida en nosotros.

 

Si hemos encontrado el camino a Dios en nosotros por medio de una vida de realización y cumplimiento de sus Leyes, también tenemos acceso a lo divino en todas las formas de vida.

 

Para poder establecer comunicación con lo divino en nuestro prójimo, tenemos que vivir en Dios, tenemos que regresar a nuestro verdadero ser para encontrar a Dios en todo.

 

El Espíritu Universal habla desde innumerables bocas, y no obstante, muchos no le oyen. ¿Qué quiere decirnos esto?

 

No es el intelecto quien oye la Ley-Dios, sino el profundo origen primario de nuestro verdadero Ser el que capta el lenguaje del Universo.

 

Si al arbusto sólo lo miramos, no sentimos ninguna reacción proveniente de la sustancia, el Yo Soy.  Decimos del arbusto que es bonito, pero no recibimos respuesta alguna. En cambio, si acogemos el arbusto con los ojos de nuestro verdadero ser, captamos la irradiación global del arbusto, y a la vez, establecemos comunicación con el origen primario de todo lo que ES. Entonces el arbusto empieza a emitir y nosotros recibimos.

 

Dios es Todo y en Todo. Como consecuencia de ello, en cada hoja está Dios, toda Ley, todo el Universo.

 

“Contempla el arbusto y me encontrarás a Mí, el Universo, la Totalidad”

 

La Fuerza Creadora está en todas partes como Totalidad, pues Dios es indivisible.

 

Queridos hermanos, hagámonos conscientes de que en una hoja, en una hierbecita está todo el Universo. Dios es indivisible. El arbusto ha desarrollado el aspecto de conciencia correspondiente a su espacio, la conciencia vegetal del arbusto. Ésta nos irradia, emite.

 

Aunque nos irradie un aspecto de Dios, por ejemplo, el aspecto vegetal del arbusto, se trata a su vez de Dios, la Totalidad, ya que Todo está contenido en Todo.

 

Hagámonos conscientes de nuestro cuerpo espiritual: se compone de innumerables partículas, y en cada partícula espiritual podemos recibir todo el Infinito porque somos seres del Universo.

 

El lenguaje del Infinito es el lenguaje de la imagen. Colores, formas, perfumes, sonidos y seres, los recibimos en imágenes en las partículas espirituales de nuestro cuerpo espiritual como imagen absoluta, perfecta. Así comprendemos cuán cerca de nosotros está Dios.