El Mañana... ¡Presente está!.


  

¡Ovejas mías, heraldos de mi amor!,

no hay mayor llamada

que la que os hace mi amor.

 

Es una llamada de esperanza

es una llamada de ilusión

para que encontréis la templanza

de seguir mis pasos con amor.

 

Yo os traigo una mañana nueva

un despertar hacia un nuevo Sol

que os ilumine en una vida nueva

de mayor plenitud y expansión.

 

Para abrir vuestros corazones por entero

y entregarlos a una entera humanidad

y que sientan los amores en su fuero interno

y comprendan que son hijos de nuestro Padre Amor.

 

Sois mis ovejas, como tantas otras más,

que van caminando por el mundo

entregando la Verdad.

 

No digáis nunca que estáis desamparados

del amor de vuestro Maestro que os puede tutelar

porque siempre estoy con vosotros

acompañándoos, empujándoos en vuestro caminar.

 

Buscadme siempre, miradme siempre

que Yo os entregaré mi amar

y os daré las fuerzas necesarias

para vencer toda tempestad.

 

Nada hay temeroso que os pueda amilanar,

porque sois poderosos como no soñasteis jamás.

 

Sólo tenéis que descubrirlo

tocando esa tecla maravillosa

del puro y divino amor, porque con él,

se os abrirán las puertas maravillosas

de increíble fulgor.

 

Venced pues vuestros miedos, vuestros temores

¡y dejad que salga fuera la expresión

de esos cauces de amores,

que son maravillosos los que lleváis en vuestro interior!

 

¡No perded el tiempo en cosas menores

que no os aportan sino confusión…

y abríos, a vuestros hermanos mayores,

que ellos os ayudarán con profusión!

 

Descubrid la maravilla de vuestra alma,

¡de vuestro espíritu que es genial!

y dejadle que se extienda por todo cauce,

y con su mano bendiga

a todo ser que se le pueda acercar.

 

Sois espíritus a imagen mía

porque mi mismo camino podéis llevar.

Por algo sois mis ovejas muy queridas,

aquellas que Yo siempre he podido enseñar.

 

Demostrar vuestro rango

de índole espiritual,

porque vuestro amor es puro y divino

como el que a Mí me puede gustar.

 

No temed pues a nada ni a nadie,

sólo abrid vuestro corazón

y veréis cómo el Padre hace su morada en él,

porque Yo ..ya estoy con mi amor.

 

Bendecid cada día, cada mañana,

¡como una nueva oportunidad

de entregar el amor… y hacedlo

en cada oportunidad que se os presente,

desde el más alto al más ausente

porque todos son hijos de Dios!

 

Os quiero, os amo,

y os entrego una vez más mi corazón

en estos momentos maravillosos

en los que seguimos luchando

por el despertar de este mundo a nuestra ilusión.

 

Que es un mundo nuevo

donde quede desterrado el dolor.

¡Donde sólo el amor reine en los corazones

al sentir en sí mismos a nuestro Padre Amor!

 

Ese es el mensaje que tenemos que llevar a todos:

¡Que todos llevan en su interior esa Gran Flor

y que sólo han de ser conscientes de ello

para dar de sí lo mejor!

 

Y verán cómo renace una alegría insospechada,

¡que nunca pudieron imaginar!.

¡Tanto la buscaban en lo que les rodeaba,

cuando la llevaban en su propia interioridad!

 

Enseñanza maravillosa

que todos han de poder comprender.

Entregadla como la mejor rosa

que más puede oler.

 

Bendiciones para todos, mis ovejas,

os traigo con pleno amor,

y aquí os dejo, amoroso,

la enseñanza de mi corazón.

 

Os tengo siempre muy presente,

¡muy cerca del Sol!

Porque estáis en mi divina corriente,

aquella que Yo sembré.

 

Benditos seáis todos

en el aroma del amor,

que os llene por entero de gozo

para encontrar el aroma de vuestra bella flor.

 

Un saludo eterno

en el nombre de nuestro Padre Celestial.

Quedad todos contentos

porque todos estamos unidos

en un amor que no se romperá jamás.

 

Vuestro Maestro para servíos

con toda humildad,

y para contento decíos,

que el mañana, ¡presente está!.