Recogida en África

 

- Los tambores suenan al fondo; tambores en la lejanía; tambores de tierras lejanas que sufren la masacre de gentes austeras.

Los tambores dan toques de muerte. No podemos hacer nada porque nada tenemos. Si no es por el hambre, es porque nos usan de conejillos de indias, y yo me pregunto: ¿Por qué hay tan malos sentimientos en esta humanidad? ¿Acaso somos pobres criaturas que no valemos para nada, siendo iguales que todos los demás?

Montañas y montañas de cuerpos, y cada vez se suman más cadáveres en amontonar por los caprichos de la mente humana, llevar su astucia y querer cada vez más.

Nos usan como conejillos de indias porque no nos pueden usar en su nación, porque allí es ilegal… y aquí no. Usan a niños y a mayores para su “fabricación”, y nosotros, su familia, sufrimos por ver la situación.

Antes nos preguntábamos por qué el mundo estaba en este mal reparto, unos tan poco y otros tanto, pero la avaricia del hombre no tiene límites y usan a los más pobres para sus fines. Nos usan como desperdicios para sus medicamentos, nos usan como desperdicio para sus proyectos. ¿Qué más da cientos de miles de negros morir sin piedad? Porque para ellos no valen los cuerpos, sino son simplemente utensilios para investigar.

Las guerrillas están compradas, las naciones igual, por sus representantes… y a ellos les da igual. Llevamos muriendo miles, ¡Cientos de miles! ¡Millones tal vez!... y sólo puedo pedir que alguien nos ilumine con su amor.

.- Sí hermanos, ya ha llegado el momento de que os iluminen y de que el amor os envuelva por todo lugar. Ya ha llegado el momento de dejar atrás los sufrimientos y que os veáis envueltos en un manto grandioso de alegría y bondad. Es el manto de nuestro Mesías, que acoge a todos los que sufren; sufren pero no les abandonó jamás, sólo es que les ha dejado el “libre albedrío” a los hombres, para que decidan su propio caminar. Pero Él no ha abandonado a nadie, sino que con su amor, rodeándonos constantemente está, para que encontremos la paz que Él nos otorga con su generoso corazón, por una eternidad.

- Los cuerpos dormidos quedan en la montaña del dolor, pero creo, y nuestras creencias dicen, que nuestros espíritus volverán a nosotros a buscarnos para no quedarnos aquí olvidados. Los espíritus de los antepasados nos dicen que volverán a por nosotros. Así sea. Respetaremos la voluntad de nuestros ancestros.

.- Es el momento de que vuestras almas puedan volar. Como ves, los cuerpos quedaron en la tierra y esos no importan ya. Hora es de que vuestras almas vuelen a los cielos en compañía de esos ancestros que os vienen a buscar. No os dijeron mentiras, hermanos nuestros, sino que la Verdad en sus palabras podía estar, que el alma sigue viviendo, es eterna, y veréis cómo desde los cielos os llega en estos momentos la luz en poderos iluminar.

- ¿En verdad venís con nuestros ancestros, para podernos acompañar al paraíso, donde ellos mencionaban en sus historias?

.- Así es hermanos nuestros, porque la vida es hermosa y bella. Esta Tierra sólo es un pálido reflejo de lo que es la vida del alma, donde no hay sufrimiento ni dolor, y allí es donde vais a ir vosotros ahora mismo. Vais a volver a vuestro verdadero hogar que es ese paraíso hermoso y bello donde la luz del Sol a todos nos ilumina y nos llega la alegría y la paz interior.

¡Acudid a esta luz que llega a buscaros! ¡acudid a esta llamada que a vosotros os puede el alentar para que emprendáis ese viaje hacia ese mundo hermoso y bello donde vuestras almas estarán en paz!

- Los niños salen de los cuerpos. Vienen en mi acompañar. Niños, mujeres y ancianos, todos oyen tus palabras y conformes están. Una emoción inmensa se forma alrededor nuestro y sentimos la presencia de alguien que viene a podernos buscar. Todos vienen, todos vienen en mi acompañar porque saben que llegaría el día que vendrían en su buscar.

Gracias hermanos, por podernos ayudar, porque sabíamos que había gente en el mundo, de buena voluntad.

.- Acudid a esa luz hermosa y bella. Acudid todos sin ningún temor, sino con la alegría en el corazón de saber que por fin regresáis a ese hogar al que todos pertenecemos, en el Corazón de Nuestro Padre Amor.

- Nuestro corazón está en África. Nuestro amar, en nuestra nación. La llevaremos en el corazón a donde nos lleven, con nuestro amar. ¡Gracias, gracias a todos los que aquí están para podernos ayudar!

.- Nuestro amor os acompaña en ese nuevo camino de armonía, de alegría y de paz.