La Nieve


La lluvia y el viento golpeaban los cristales de la ventana, y la niña no podía dormir. La abuela, suavemente, le contó una historia de nieve.

- Sobre la cumbre de una gran montaña altísima, había un peñón, y encima, un copo de nieve. Mirando en torno suyo, el copo empezó a fantasear:

“Todos deben tenerme por soberbio, pues no siendo más que un copo de nieve, estoy aquí arriba, en un lugar tan elevado, cuando en la ladera de la montaña, la nieve es montón. Un copo de nieve no merece esta sublime altura, y justo es que yo, para convencerme mejor de mi pequeñez, reciba del Sol el mismo trato que los otros copos; así que , descenderé a un lugar más conveniente para mi tamaño”.

Y así diciendo, el copo de nieve entumecido de frío, se arrojó de la peña y bajó rodando desde la altísima cumbre del monte, pero cuanto más descendía, más aumentaba su tamaño. Aquel copo de nieve se volvió pronto en una gran bola, transformándose, al seguir rodando, en una avalancha. Su carrera al fin terminó sobre la ladera, y la avalancha era tan grande como toda la colina. Durante el verano, aquella nieve fue la última en derretirse al Sol.

Los que se humillan, niña mía, se ven ensalzados.